miércoles, 15 de junio de 2011

Agua que has de beber, ¡déjala filtrar!


Cuando estamos en la búsqueda de filtros de agua para nuestro hogar, nos encontramos de pronto con que existe una amplia cantidad de variantes en el mercado. Una de las más comunes es el filtro de carbono que se basa en la utilización del llamado carbono activado o carbono activo. Te contamos cómo funciona, y en qué casos es más beneficioso.
El principal beneficio que aportan los filtros de carbono es eliminar el cloro del agua de red, y por lo tanto tener un mejor sabor. En este sentido, los filtros de carbón activo son una de las opciones más accesibles en cuanto al precio, lo que es siempre una gran ventaja. Pero no son la alternativa adecuada si tenemos agua dura o si el agua contiene altas cantidades de sales disueltas, para lo que hay otros filtros de agua más adecuados.

Los filtros de carbono, toman su nombre de su principal componente: el carbón activo –también llamado carbón activado. Se trata de un material estable, inerte y altamente poroso, que se obtiene de materiales con alta presencia de carbono, como por ejemplo el carbón mineral u otros productos vegetales que se someten a un proceso de "activación" a elevadas temperaturas.

La estructura de muy alta porosidad y los canales minúsculos del carbono activo dejan una gran superficie interna de carga positiva. Además, la superficie del carbón activo es no-polar, por lo que retiene los elementos más hidrofóbicos (que no son capaces de interaccionar con el agua) y con mayor afinidad por el carbono, especialmente las moléculas orgánicas. En resumidas cuentas lo que hace es retener impurezas presentes en el agua, particularmente las partículas derivadas del cloro.

Fuente

No hay comentarios.:

Publicar un comentario