El
otoño y el invierno son estaciones especialmente complicadas para el cuidado
del bebé. Es importante prepararse para la llegada del frío y evitar de esta
manera las molestias que puedan ocasionar a tu bebé. Hay que tener presente que
el frío no es el principal enemigo del bebé sino los cambios bruscos de
temperatura.
A
continuación te presentamos algunas recomendaciones útiles para preparar a tu
bebé ante la llegada del frío:
1.-
Durante los meses de frío evita abrigar de manera excesiva al bebé o mantenerle
en estancias con la calefacción muy elevada, ya que le puedan provocar un
sobrecalentamiento corporal.
2.-
Es importante no exponer a tu bebé a cambios bruscos de temperaturas y tratar
de salir con él en las horas centrales del día cuando los contrastes son menos
fuertes.
3.-
En el entorno del bebé mantén una temperatura constante que ronde los 20ºC y un
nivel de humedad del 50%, como mínimo.
4.-
La temperatura corporal del bebé debe controlarse en la nuca y en el cuello. El
mecanismo de termorregulación de un bebé recién nacido aún no está del todo
desarrollado, por lo que otros signos (color de la piel, sudor, manos frías o
calientes) pueden inducirnos a equívocos.
5.-
Un ambiente demasiado seco puede impedir que el organismo del bebé expulse de
manera correcta las impurezas, dado que la nariz se obstruye y esto puede
ocasionarle dolor de garganta y tos.
6.-
Durante las estaciones más frías es frecuente la aparición de mucosidad más
abundante, por lo que hay que mantener la higiene de las mucosas del bebé.
7.-
La delicada piel del bebé se puede ver afectada durante los meses fríos, por el
calor provocado por la calefacción y los roces ocasionados por la ropa, por lo
que es importante emplear prendas de vestir suaves y que no sean ajustadas, que
permitan la correcta ventilación de la piel. Asimismo es importante hidratar la
piel del bebé con cremas dotadas de activos humectantes y emolientes, si es
posible de origen vegetal.
9.-
Dado que su sistema inmune es aún débil, se deben extremar las medidas
higiénicas en su alimentación, ya sea en el caso de la lactancia con biberón o
en el de lactancia materna.
10.-
Nunca mediques a un bebé sin la supervisión de un pediatra y es importante
seguir las pautas aconsejadas (dosis, intervalo entre tomas, duración del
tratamiento, etc.)
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