lunes, 18 de agosto de 2014

Ayudemos al mundo en la medición de nuestro consumo

Desde hace unos años, más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades y, según la División Poblacional de las Naciones Unidas, el porcentaje aumentará hacia el año 2050. Ahora bien, ¿De qué manera esto impacta en tu vida como mamá o papá BioBaby?

De entrada, hay factores incontrolables que están fuera de tu alcance. Los movimientos demográficos y sus implicaciones se evalúan a partir de medidas masivas, sin embargo, tomando en cuenta que todo está conectado, las formas de consumo pueden hacer una diferencia importante en el medio ambiente.

Las regiones más complicadas en la actualidad incluyen a Norte América, donde el 82% de la gente vive en urbanizaciones, seguido de Latinoamérica y el Caribe donde el porcentaje es de 80% y por último Europa con una pequeña disminución, donde hablamos de un 73%. En contraste, en Asia y particularmente en África, la población es básicamente rural, donde sólo el 10% de la gente vive en grandes urbes.

Para algunos países y regiones la situación es apremiante. En general los gobiernos de todo el mundo y las sociedades en todas sus aristas, deberán enfrentar varios retos al satisfacer las necesidades de estas ciudades, incluyendo problemas habitacionales, de infraestructura, transporte, energía, servicios básicos, educación y empleo.

A gran escala, hoy en día la agenda internacional de organizaciones como la ONU incluye programas que pretenden atacar asuntos como la pobreza, la salud y el equilibrio ambiental, pero a nivel local y familiar, ¿qué hay que hacer?

Pareciera una cantaleta en todas las notas en pro de la ecología y el bienestar del planeta, pero la mejor y más efectiva forma de ayudar desde tus posibilidades es cambiando tus formas de consumo de modo que sean más amigables a la naturaleza y específicamente apoyando las producciones agrícolas locales. En la medida en que ayudes a los campesinos de tu país, contribuyes a la conservación rural.

Si el campesino vive bien, tiene trabajo, servicios y una infraestructura sana, no tiene por qué abandonar el campo para conseguir un trabajo en una ciudad. ¡Gracias por tomarte el tiempo de hacer esta reflexión y por ser parte de la #GeneraciónBiobaby!

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