Los árboles del mangle rojo, blanco, negro y el botoncillo viven sobre el suelo inundable en las costas ecuatoriales, tropicales y subtropicales. Durante la pleamar, se distinguen sólo las copas de los mangles, al bajar la marea, las raíces quedan fuera del agua y captan el oxígeno para llevarlo hasta las que subyacen en la profundidad. El espectáculo es asombroso, las retorcidas raíces forman un entretejido sorprendente, delicia de fotógrafos y admiradores de la naturaleza.
Al colectivo de árboles de mangle se le conoce como manglar. Un ecosistema ideal para el desove de peces y hábitat de camarones y crustáceos. En ellos, las aves marinas, las migratorias, los gavilanes y los pericos, viven en armonía y abundancia. También es hogar de tortugas marinas, diversas especies de reptiles y cocodrilos de río.
Por encontrarse situados en las costas, los manglares conforman un muro natural que contiene los fuertes vientos de las tormentas tropicales, los huracanes y los ciclones. También los manglares generan oxígeno, protegen las costas y mejoran la calidad del agua ya que actúan como filtros y controlan la erosión.
Este peculiar ecosistema está protegido, sin embargo, lo amenazan las actividades humanas como la tala para obtención de leña, el avance de la agricultura en zonas de manglares, la cría industrial de camarones, industrias de acuicultura, urbanismo y desarrollos turísticos.
Se han perdido el 50% de los manglares y de ahí que en el 26 de julio, en el Día Mundial para la Protección los Manglares, se haga un llamado con acciones encaminadas a reglamentar toda industria que pueda afectarlos.
En México se han implementado una serie de medidas de inspección y protección, que se distribuyen en la costa del Pacífico desde Chiapas hasta Baja California. En la costa del Atlántico se encuentran desde el sur de Quintana Roo hasta la Laguna Madre en el Estado de Tamaulipas.
Desde el corazón de tu hogar puedes enseñarle a tu pequeño lo que es un manglar, por medio de libros ilustrados que hablan sobre los diferentes tipos de bosques. También puedes realizar, junto con tu pequeño, dibujos con pinturas de agua o un hermoso cuadro con recortes de telas combinados con pintura acrílica, ya que los manglares son estéticos y estimulan la imaginación.
No hace falta visitar un manglar, el arte y el juego son medios magníficos para acercar a tu niño o niña a la naturaleza y a todos las especies animales que en ella habitan. Además, el mostrarle ilustraciones y preguntarle acerca de lo que le transmiten, le llevará a desarrollar la sensibilidad necesaria para comprender la maravilla que nos rodea.
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