Al llegar un nuevo bebé a tu vida, los horarios de sueño son un punto crítico, ya que la idea de dormir profunda y tranquilamente todas las noches se convierte en un oasis en pleno desierto. Por ello es importante que conozcas los ritmos de sueño de tu bebé y enfoques tus energías en crear hábitos de sueño saludables para ambos.
Cuando el bebé llega a casa, la ola de nuevas experiencias no se hace esperar. Para él, todo es nuevo; desde estar en tus brazos hasta saber que se puede comunicar a través del llanto, tu presencia es fundamental para él, eres el primer vínculo que tuvo y siempre va querer tenerte cerca.
Te damos algunas recomendaciones para que mamá y bebé duerman bien.
Nacimiento a 3 meses
Quiere dormir en tus brazos y manteniendo contacto contigo.
Para el recién nacido es muy importante el contacto con la mamá, mucho más que con el papá, ya que en este periodo sentirte es un consuelo físico y natural que dura hasta el primer año. Con el tiempo deberá aprender a estar sin ti a la hora de dormir. Leerle un cuento o cantarle alguna canción de cuna le ayudará a conciliar el sueño sin necesidad de sentirte toda la noche.
Cuando por fin se ha dormido, es normal que se destape por las noches; para evitar que el bebé tenga frío, al destaparse con sus propios movimientos, lo mejor es utilizar una “bolsita de dormir”, que es una prenda que solo deja libres los brazos. De esta manera no se sentirá aprisionado y estará bien arropado toda la noche, evitando incomodarse con las cobijas y manteniendo una temperatura corporal óptima y continua.
De los 3 meses al primer año
En este periodo la demanda de tu bebé será muy marcada, ya que te pedirá, a través del llanto, que lo alimentes o lo mimes para que pueda conciliar el sueño profundamente.
Siempre que tu bebé llore debes atenderlo, sobre todo por las noches, ya que no siempre pedirá leche; algunas veces puede despertarse debido a algún malestar como fiebre.
Lo más favorable para fomentar un sueño tranquilo en los bebés, es establecer rutinas que indiquen que ya es hora de dormir. Por ejemplo, darle un baño relajante y ponerle la pijama es un buen inicio, seguido de alimentarlo. También, cantarle alguna canción de cuna o contarle un cuento lo ayudarán a dormirse más rápido.
Cuando el bebé haya crecido y ya no quepa en el moisés o colecho, es momento de cambiarlo a la cuna. Este proceso de adaptación le tomará algunos días; sin embargo, si sigues la misma rutina que cuando lo dormías en el moisés, el bebé aceptará el cambio más rápido.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mejor manera en la que debe dormir un bebé es siempre boca arriba. De igual manera se deben de evitar peluches en la cuna, el uso de almohadas, cubrirle la cabeza con gorros, no taparlo en exceso y que sus cobijas lo tapen hasta los hombros, no más.
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