El último viernes de noviembre se destina al Día Internacional
contra el Consumismo. No se trata de no comprar sino de reflexionar para darnos
cuenta lo que en realidad necesitamos o deseamos. ¿Cuántas veces compramos
cosas que no sirven para nada y debilitan la economía del hogar?
El consumo responsable propone beneficiarse de los recursos que
podemos adquirir y evitar en el hogar el
desperdicio de alimentos, vestuario, enseres domésticos, artículos de
papelería, juguetes, agua, gas, combustibles y electricidad, entre otros. Revisa
el clóset, te sorprenderá la cantidad de cosas que usaste muy poco, pero las
compraste pensando que eran indispensables. ¿Por qué desperdiciar el dinero que
puede ser invertido en salud, educación o esparcimiento familiar?
Cada vez que adquirimos un objeto o un servicio satisfacemos un
deseo o una necesidad, al mismo tiempo colaboramos económicamente con quienes
lo han hecho posible. Antes de comprar se sugiere establecer si el producto o servicio
es el que más beneficia y asegurarse de a quién se entrega el dinero. Con las
compras potenciamos los intereses de los productores y en ocasiones podemos no
estar de acuerdo con su filosofía. Por ejemplo, si deseamos impulsar la
economía en nuestra comunidad, es preferible adquirir productos o servicios
locales. Si no se desea apoyar empresas que contaminan el ambiente, basta con
no consumir los productos que fabrican.
¿Cuántas veces te ha decepcionado el viaje que contrataste? ¿La
película? ¿Se despintó la blusa, perdió su forma o se encogió con la primera
lavada? Al elegir las ofertas se recomienda guiarse por la calidad y no por el
precio o la apariencia del producto. Evita las compras impulsivas, decide con
inteligencia y no te dejes envolver por la mercadotecnia.
El consumo responsable o consciente, con el tiempo, se convierte
en un estilo de vida. Para iniciarlo se sugiere:
Revisa la despensa y el refrigerador antes de ir de compras.
Lee las etiquetas de los productos y revisa la fecha de caducidad.
Las ofertas pueden no ser útiles para ti. Piensa antes de echar el
producto al carrito.
Procura que los artículos sean amigables con el ambiente.
Ten en cuenta el impacto ambiental del producto que adquieres,
cuando decidas desecharlo.
Antes de comprar infórmate acerca de la garantía, el servicio y la
durabilidad.
Revisa las tallas de la ropa, el cuidado al lavarlas y los
materiales con las que fueron confeccionadas.
Si se trata de un producto nuevo infórmate antes de adquirirlo.
Da preferencia a productos y empaques biodegradables.
Busca los electrodomésticos ahorradores de energía.
Considera las consecuencias de tu compra y compara el
costo-beneficio.
En el caso de servicios, infórmate de la seriedad y
profesionalismo de quienes lo ofrecen.
El consumo responsable se ajusta a las necesidades reales, busca
calidad y cuida la economía familiar. El comprador consciente sabe que la
felicidad, la estabilidad económica, el bienestar en el hogar, la salud y el
amor no vienen dentro de un lujoso empaque.
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