El cuidado de la mollera del bebé

Se llaman fontanelas a la separaciones de los huesos de la cabecita del bebé, esto da movilidad y facilita que descienda a través del canal vaginal durante el parto. Los huesos craneales permanecerán separados para permitir el crecimiento del cerebro. Poco a poco se fusionan y durante ese tiempo el pediatra medirá mes con mes la cabeza del bebé para comprobar que se desarrolla de forma conveniente.

Comúnmente se denomina mollera a la separación entre el hueso frontal del cráneo y los parietales; la zona se localiza en la parte superior de la cabecita del bebé y es suave al tacto, incluso, puede percibirse a simple vista. Este espacio cierra antes de los dos años de edad.

El espacio de la parte posterior del cráneo se fusiona entre el primer y el tercer mes después del nacimiento. Los correspondientes a la sienes hacia los seis meses y las de atrás de las orejas a los 18 meses de edad.

La membrana que recubre las fontanelas es lo suficientemente fuerte para resguardar y también con la flexibilidad necesaria para permitir el crecimiento normal del cerebro. El cuidado consiste en proteger la cabeza del bebé de la misma manera que se debe cuidar el resto del cuerpo.

Evitar movimientos bruscos, cuidar que no se golpee con algún mueble al cargarlo o moverlo, acostarlo siempre en lugares seguros para evitar caídas, no permitir que otros niños lo tomen en brazos o quieran jugar con el bebé como si fuera un muñeco, son algunas de las precauciones básicas.

Si el bebé llega a deshidratarse se nota un hundimiento en la mollera. Los remedios caseros o tradicionales pueden ser peligrosos, lo recomendable es recurrir al médico ante cualquier anormalidad. Tampoco se debe dar masaje, aplicar pomadas o cataplasmas. Las fontanelas cerrarán a su debido tiempo de manera natural.