La
biodiversidad o diversidad biológica se refiere a la amplia variedad de seres
vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que la conforman, resultado de
millones de años de evolución natural y también de la influencia en aumento de
las actividades del ser humano, según el Convenio Internacional sobre la
Diversidad Biológica.
En
el presente, la diversidad en los alimentos es enorme y, por tanto, las
combinaciones son infinitas. El mercado tradicional, con su colorido y
asombrosa mezcla de aromas, nos da una pequeña idea de la biodiversidad alimentaria que reside tanto sobre la Tierra, como en
el mar, los ríos y los lagos.
La
comida, desde épocas remotas, es el centro de las actividades sociales y
familiares. Los festejos importantes se
acompañan de platillos y bebidas deliciosas. Incluso, en los menús de los
restaurantes, existen los especiales para niños, aunque en ocasiones no sean
variados y precisamente sanos. Te invitamos a romper con la comida repetitiva y
a llevar la diversidad a tu mesa. Así como pretendemos desarrollar en el niño
las destrezas emocionales y motrices, también debemos considerar el gusto por
la comida sana y variada. Esto se relaciona directamente con la salud y la
felicidad.
Los
chefs creativos se han propuesto rescatar la variedad de sabores, olores,
gustos y texturas y llevar la biodiversidad
a la cocina. Hacen énfasis en los alimentos más puros y menos procesados. Las
verduras, legumbres, pescados, aves y carnes un tanto olvidadas, puesto que la
tendencia es una cocina aburrida y repetitiva.
Actualmente
se conocen cerca de mil especies de plantas con hojas comestibles. ¿Cuántas
empleas tú en la cocina? Estas plantas son bajas en calorías y en grasa. Altas
en fibra, hierro, magnesio y calcio. Contienen antioxidantes y ayudan al
organismo a desintoxicarse. Además, las de hoja verde oscuro, son ricas en
clorofila, beta caroteno, vitamina C, luteína y zeaxanthina. Será fácil encontrar acelgas, apio, berros, brócoli,
col y lechuga en sus diferentes variedades; espinacas, hojas de zanahorias,
perejil, cilantro, epazote, puerros y rúcula.
Incluye
en la dieta de los pequeños: alfalfa, soja, lentejas, chícharos, garbanzos,
habas, frijoles. Las leguminosas brindan una excelente concentración de
nutrientes, sin el aporte de grasas saturadas que tienen los alimentos de
origen animal. No olvides los cereales como maíz, avena, quinua, amaranto y
arroz. O los llamados falsos cereales como el huazontle y el girasol.
La
nuez, pistache, cacahuate, almendras, nuez de la India, piñones, avellanas,
semillas de calabaza, de girasol, son ricas en grasas, proteínas, aportan
vitaminas del grupo B y ácidos grasos omega 3, ideales para el lunch escolar.
Como
un ejemplo y ejercicio de creatividad, imagina una ensalada de lechuga,
espinaca, pasitas y rebanadas finas de manzana y mango. El aderezo de aceite de
oliva con una gotitas de limón y sal. Adornada con una mezcla de semillas
trituradas y cuadritos de queso blanco. A un lado, tiritas de pescado frito en
aceite de coco. Agua de limón, té verde y endulzada con un toque de miel.
Ten
siempre verduras frescas en el refrigerador. Frutas variadas sobre la mesa y
los colores de la naturaleza en tu mente.
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