lunes, 8 de junio de 2015

Cada movimiento es un te quiero

Es emocionante ver cómo tu peque crece cada día. Pareciera que todas las noches aprendió algo durante sus sueños y, al despertar, no puede esperar para demostrarte cuánto ha crecido en una sola noche. Estar presente en el crecimiento y desarrollo de tu bebé es una de las cosas más hermosas que le puede suceder a alguien en la vida. Basta con recordar la primera vez que te miró fijamente  a los ojos y te sonrió. Es uno de los momentos más cautivantes y es que, cada gesto que tu nene hace es una forma de comunicarse contigo, de fortalecer ese lazo que los une desde su nacimiento.
Es por esto que siempre debemos recordar que los padres somos los principales estimuladores de nuestros bebés, todo aquello que hagamos alrededor suyo, será el punto de partida para la forma en la que entablarán relaciones con las demás personas a lo largo de su vida. Sí, el lenguaje será de hoy en adelante una de las mejores herramientas que le podrás procurar para abrirse paso en el mundo.

El primer lenguaje de tu peque es la expresión: a través de los balbuceos, sonrisas, llantos y otros sonidos, te hace saber qué es lo que está sintiendo y cuáles son sus necesidades. Así se comunican al principio. Luego, poco a poco, los bebés van adquiriendo un lenguaje más fluido.  Podrás darte cuenta cómo tu pequeño imita los movimientos y los sonidos que haces, cuando articulas las palabras. Aquí es cuando comenzamos a notar que “platica” contigo. Para seguir con este cúmulo de emociones es necesario prevenir cualquier dificultad en el aprendizaje del lenguaje y para ello debes tener en cuenta una serie de aspectos que te ayudarán a potenciarlo.

El bebé debe sentir la necesidad de comunicarse con las personas que le rodean. Entender esto es esencial para que  sepas reaccionar a la forma en la que te pide las cosas: si le das aquello que quiere, solo porque te lo está señalando, lo acostumbrarás a que la mejor forma de comunicarse es por medio de señas y no le estás permitiendo esforzarse por desarrollar esa parte del lenguaje.

Como métodos lúdicos adicionales, puedes poner en práctica, a modo de juego, y desde la más temprana edad, los siguientes ejercicios:

• Ejercitar los movimientos de los órganos que intervienen en el habla; mandar besos,  soplar con popotes en agua, flautas, inflar globos. Jugar con expresiones faciales (risa, susto, llanto, sorpresa); hacer sonar una campana o cualquier instrumento sonoro y que tu peque lo busque.
Tu nene imitará los movimientos ejecutados muy lentamente e irá tomando conciencia de los órganos que está entrenando.
• Utilizar palabras cortas para dirigirte a tu bebé. De 1 ó 2 sílabas, como "ven", "toma", casi siempre las mismas, de una manera clara y exagerando la entonación e ir aumentando el número de palabras para aumentar su vocabulario.
• Canciones, cuentos y adivinanzas. A partir de los 2 o 3 años, los bebes ya podrán aprender versos, canciones y cuentos muy cortitos. Las adivinanzas, los trabalenguas y las canciones de cuna, pueden ayudarles a potenciar el lenguaje y la memoria.

Además de procurar el estímulo temprano de tus peques, es necesario estar atento a su evolución, así si observas alguna anomalía lingüística debes acudir al pediatra inmediatamente para que su problema sea diagnosticado y tratado. No hay ningún tratamiento mejor, que la prevención.

¿Qué es lo mejor de tomar en cuenta y practicar estos tips con tu peque? Fortalecerás el vínculo que ya has creado con él. Al estar más en contacto contigo y aprender siempre de ti, le dará más seguridad en si mismo y todo lo que proyecte a su alrededor, será positivo. Finalmente, para ti, cada movimiento, cada risa, cada paso en su crecimiento será una forma de tu bebé de decirte, te quiero.


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