El Día Mundial de la Limpieza de las Playas debe ser considerado
como una gran fiesta en todo el planeta. Tanto la montaña como el mar nos
permiten recuperar el equilibrio emocional y físico que peligra cuando vivimos
en grandes ciudades. ¿Quién no ha deseado unas vacaciones en la playa?
El 21 de septiembre ha sido elegido para realizar actividades
relacionadas con el saneamiento de las playas y los cuerpos de agua, e informar
a la población acerca de los daños que produce la contaminación. En muchos lugares
se forman brigadas civiles que en ese día se reúnen para limpiar las playas.
El instituto The Ocean
Conservancy, inició la campaña para la limpieza de las playas en 1991.
Ya en 1988, en una publicación del: National
Oceanic And Atmospheric Administration, se alertó de la existencia de una mancha de basura
plástica en el Océano Pacífico. La Isla de Basura Flotante o North Pacific Garbage
Patch se formó en la zona en donde
convergen las corrientes marinas del este de Asia y del norte de América. Los desechos
se concentran ahí sin encontrar salida, formándose una mancha de plásticos y
lodos químicos. Se calcula que tenga una superficie de más de 1.400.000 km².
El 80% de
esta basura proviene de zonas terrestres y el 20% restante es producida por
barcos. La acción solar paulatinamente degrada la basura y la convierte en
trozos pequeños, siendo estos ya parte de la cadena alimenticia de los peces.
El ejemplo de cientos de voluntarios ha llevado a acciones
cotidianas y muchos residentes de poblados y ciudades aledañas a las costas se
dan a la tarea, ya sea diaria o semanal, de recoger los desechos que llegan a
las playas y muchas veces provienen de lugares tan lejanos que parecería
increíble de creer, cuando no se conoce el poder de las corrientes marinas.
La basura oceánica es un problema mundial de salud que
alcanza a millones de personas. “Limpiar al mundo” fue el lema con el que
inició, y The Ocean Conservancy México
continúa con la encomienda de cuidar los océanos, mediante programas de educación
e investigación científica. Cada año
reúne un enorme cuerpo de voluntarios que han trabajado en Quintana Roo y en la
zona sur de Tamaulipas.
Cuando
visites las playas o las montañas recuerda que el planeta Tierra es nuestro
hogar, colabora enseñando a los niños a cuidar los recursos naturales.
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