Con la llegada del invierno es oportuno tomar ciertas
precauciones, en especial con las personas que habitan en las grandes ciudades.
La inversión térmica es uno de los fenómenos naturales que afecta la salud de
quienes tienen propensión a sufrir trastornos respiratorios. La inversión
térmica se origina cuando el suelo se enfría rápidamente y enfría el aire que
se encuentra en contacto con la superficie. La baja temperatura hace más pesado
ese aire en comparación al que se encuentra en la capa inmediata superior. La
drástica baja de temperatura en el aire disminuye la velocidad de mezclado
vertical con la capa superior que tiene mayor temperatura y es menos pesada.
La inversión térmica se produce mayormente durante el
invierno, en las mañanas frías y sobre los valles con escasa circulación de
aire. De manera natural la inversión “se rompe” al calentarse el aire que se
encuentra en contacto con el suelo, restableciéndose la circulación vertical.
En circunstancias normales la inversión desaparece en unas horas, pero en
condiciones meteorológicas desfavorables puede persistir por varios días.
Cuando la inversión térmica ocurre en lugares con alto
índice de contaminación se convierte en un riesgo para la salud, debido a la
concentración de los contaminantes que no pueden elevarse y dispersarse en las
capas altas de la troposfera, la capa de la atmósfera terrestre que se
encuentra en contacto con la Tierra y se extiende a unos 10 kilómetros de
altitud.
La contaminación puede llegar a causar severos daños
cuando la población se ve expuesta a altas concentraciones de gases tóxicos. De
ahí que se recomiende permanecer en lugares cerrados y no llevar a cabo
actividades al aire libre hasta que pase la alerta.
Se deben evitar la quema de llantas, los calentadores de
leña en el interior de las casas y cuidar las chimeneas, puesto que es durante
el invierno cuando ocurren graves accidentes por la inhalación de monóxido de
carbono o por quemaduras. Es mejor protegerse del frío con ropa interior
térmica y no mantener ninguna fuente de calor encendida durante las noches.
Durante el invierno el virus de la gripe y el Rotavirus se propagan
con gran facilidad. La primera precaución consiste en vacunarse y la siguiente
es enseñar a los niños a cubrirse la boquita con el pliegue del codo al toser,
e insistir en la higiene de las manos. Abrigarlos lo suficiente y al entrar en
espacios cálidos retirarles el exceso de ropa para evitar enfriamientos.
Previene el aumentar el consumo de líquidos y alimentos que contengan vitamina
C.
No lleves a los bebés a lugares cerrados y concurridos, si se encuentra
enfermo evita llevarlo a la guardería o al kínder. Si alguien de la familia
sufre de gripe es recomendable que use un cubre bocas y no duerma en la misma
recámara del bebé.
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