martes, 1 de diciembre de 2015

Un árbol con sentido





Un Árbol de Navidad contiene símbolos de profundo significado. Lo colocamos y adornamos con ilusión en cuanto inicia el mes de diciembre y les invitamos a explicar a los niños lo que representa.

En la antigüedad consideraban que el árbol era capaz de conectar el cielo con el inframundo y lo vincularon con lo sagrado. El Árbol de la Vida, El Árbol del Conocimiento, El Árbol Cósmico surgieron como emblemas representativos de la creación. Encontramos el árbol como figura central en rituales, como símbolo de religiones, países, mitologías y leyendas. La genealogía o linaje también se describe por medio de un árbol. No es extraño entonces que un árbol presida un acontecimiento importante como lo es la Navidad, el punto de partida para una creencia arraigada en el mundo occidental.

El Árbol de Navidad, tal y como lo conocemos, es el resultado de cientos de años de acontecimientos que iniciaron cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, y se encontraron con la celebración del nacimiento de Frey, dios de la lluvia, del Sol naciente y la fertilidad, en una fecha próxima a la Navidad cristiana. Los pobladores adornaban un árbol perenne considerado sagrado y colocaban ofrendas a su alrededor. Cuenta la leyenda que San Bonifacio cortó ese árbol y en su lugar plantó un pino que, por ser de hojas perennes, simbolizaba el infinito y constante amor de Dios hacia sus criaturas y su forma triangular remitía al misterio de la Trinidad.

En un principio lo adornaron con manzanas representando el pecado original, y con velas como la luz de Jesucristo para el mundo. En 1605, en Alemania, se recupera la tradición del Árbol de Navidad y de ahí se difunde al resto de Europa.

Las actuales esferas y adornos son la versión moderna de las iniciales manzanas y las series de foquitos ocupan el lugar de las velas. Se coloca una estrella en la punta del árbol recordando aquella brillante estrella que guió a los tres Reyes Magos en su camino hacia Belén.

Con el paso del tiempo, y según la región, se agregaron ornamentos que acompañan al árbol navideño como las campanas, usualmente colgadas en las puertas o ventanas, representando la alegría por el nacimiento de Jesús y que antiguamente se creía, alejaban a los malos espíritus. Las coronas de navidad tuvieron su origen en Alemania y representan la vida eterna; tradicionalmente se adornan con esferas, piñas, flores de navidad y grandes lazos. Se colocan en la puerta principal y cuando se usan como centro de mesa suelen incluir velas en colores rojo y verde, los tonos representativos de la navidad.

No pueden faltar los ángeles, ya sea en lugar de la estrella, o en los adornos que acompañan al árbol navideño. Significan la bondad y el amor, además de ser los mediadores entre el cielo y la tierra.

Al igual que en la antigüedad, el árbol se convierte en un símbolo de unión puesto que durante el mes de diciembre las familias se reúnen en torno a él, colocan ofrendas o regalos a sus pies, y reviven en sus corazones la fe y la esperanza para un año venidero colmado de alegrías y prosperidad. Brindis, cantos, abrazos, rezos y bailes.


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