Cada especie se encuentra vinculada a su medio ambiente. Ese
espacio físico reúne las características que el organismo necesita para vivir y
la Ecología es la ciencia que observa y estudia las interrelaciones de los
seres vivos con el medio que les rodea.
Los ecologistas se organizaron formalmente en la década de 1960.
La guerra fría, el riesgo nuclear y radioactivo les llevó a pronunciarse a
favor de acciones concretas para la protección del medio ambiente y de los
seres que lo habitan. Desde entonces, el ecologismo ha cobrado fuerza gracias a
la labor de concientización y cambio de paradigmas. De ahí que encontremos tres
grandes divisiones: Ecología Humana, Ecología Animal y Ecología Vegetal. Con el
tiempo han surgido otras áreas de estudio y el ecologismo se ha extendido a
otros ámbitos del quehacer humano, como ejemplos tenemos: Ecología de las
Poblaciones, Ecología Espiritual, Ecología Humanista, Ecología del Paisaje y
otras más.
El ecologismo, de manera general, plantea estrategias de
desarrollo que estén en armonía con la naturaleza y basadas en el empleo de
energías renovables que eviten la contaminación, así como la defensa y el
cuidado de la naturaleza. Hace énfasis en la importancia de mantener una
relación armoniosa con el medio ambiente.
Es cierto que el ser humano forma parte del extenso mundo de la
naturaleza, pero manifiesta enormes diferencias con el resto de los seres
vivientes, porque es la única especie capaz de mirarse a sí misma. Dicho de
otra manera, el homo Sapiens Sapiens es el único animal con pensamiento
abstracto. La capacidad intelectual le ha permitido adaptarse y transformar llegando
a construir un complejo estilo de vida. La continua innovación le ha llevado a
desarrollar tecnologías que por un lado optimizan la manera de vivir, y por
otro lo aparta del mundo natural.
Sin embargo, el desarrollo no ha llegado a todos los grupos
humanos. Mientras en algunos lugares del planeta se goza de privilegios
tecnológicos, en otros se carece incluso de lo más básico. En los diversos y
complejos estilos de vida se observa el deterioro de la naturaleza, ya sea como
resultado del avance o por la ausencia de este.
El progreso tecnológico cada vez es más rápido, tanto, que no ha
dado tiempo para reflexionar acerca de las consecuencias. Diferentes
especialistas señalan a diario los riesgos de la explotación indiscriminada de
los recursos naturales, y del peligro ante la creación de agentes que agreden a
la naturaleza. Opulencia o pobreza parecen desembocar en la explotación
irracional de los recursos.
En consecuencia, es la especie humana la que tiene en sus manos el
poder de proteger o destruir el planeta y al resto de organismos que viven en
ella. Si partimos del hecho de que la
educación es la estrategia más poderosa que existe, crear alianzas con el medio
ambiente inmediato y enseñar a los niños a establecerlas, sería una de las
acciones para el Día Mundial de la Ecología. Al final, el ecologismo es una
manera de vida en la cual importa vincularse con el entorno, sin importar el
nivel económico, la escolarización, la filiación religiosa o política que se
tengan.
Las propuestas ecologistas no pretenden regresar a una vida primitiva,
buscan restablecer el vínculo con la naturaleza y emplear la tecnología para
restablecer la vitalidad de la Tierra y mejorar las condiciones de vida de
todos los seres vivientes.
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