jueves, 1 de octubre de 2015

Joyas en el cielo





Joyas en el cielo les llaman los abuelos en diferentes tradiciones, y para el 5 de octubre, en el Día Mundial de las Aves, nos gustaría compartirles ideas que despierten en los niños y en los mayores el interés por algunas de las 10.507 especies conocidas y cómo motivaron al ser humano a imitarlas y alcanzar el cielo.

Volar ha sido uno de los sueños del hombre. El deseo por volar se contiene en la mitología que exhibe seres fantásticos alados capaces de desplazarse por el cielo. En la actualidad papalotes, aviones, helicópteros, globos aerostáticos, cohetes, drones han sido construidos a partir de la observación del vuelo de las aves, reconociendo también el estudio de los insectos voladores y del murciélago, el único mamífero con vuelo activo.

Fue en el año 852, cuando Abbās ibn Firnās, un soñador, científico y filósofo andalusí, luego de estudiar el movimiento de las aves se arrojó desde la torre más alta de Córdoba, España, con una enorme lona para reducir el impacto de la caída. De ahí que se le considere el precursor del paracaídas y el padre de la aeronáutica. Su tenacidad le llevó a intentar volar con un par de alas de madera recubiertas con seda y adornadas con plumas. Se mantuvo unos segundo planeando y eso bastó para que continuara en su empeño por reproducir el vuelo de las aves.

El fraile inglés, Roger Bacon llegó a la conclusión de que la densidad del aire podía soportar una máquina, así como el agua lo hacía con los barcos. Estas ideas del siglo XIII inspiraron a Leonardo Da Vinci quien diseñó una serie de diagramas para la construcción del ornitóptero, una máquina voladora cuyas alas se podían mover mecánicamente.

Hasta el 15 de octubre de 1783 se logró la ascensión de un aparato tripulado. Un globo diseñado en base a los principios aerodinámicos descritos por los hermanos Montgolfier. A partir de ahí el sueño se hizo posible y la historia de la aeronáutica muestra la capacidad del hombre para observar y desarrollar tecnología capaz de elevarlo al cielo.

Se observó que las aves están diseñadas para volar, pero cada una de las especies muestra características propias que les llevan a tener un estilo de vuelo. La estructura del cuerpo y las alas les permiten propulsarse y frenar. La cola sirve como timón.

Un 11% de las aves del planeta habitan en México, ocupando el décimo primer mundial en avifauna, entre los países mega diversos del mundo. La mayor concentración se encuentra a lo largo de la vertiente del Golfo de México y la Península de Yucatán.

Entre las aves preciosas se encuentra el Quetzal, su plumaje verde esmeralda, con pecho rojo y toques en color blanco sirvió como ornamento en los tocados y escudos de monarcas (tlatoanis), nobles y guerreros, de las diferentes naciones indígenas prehispánicas. Una especie protegida en el pasado y amenazada en el presente.

El Pájaro Toh de colores tornasol y cola con dos largas plumas, con el raquis desnudo y pluma ancha al final, parecida a una flecha de arquería. En Yucatán se le conoce como el pájaro reloj debido al movimiento de la cola cuando percibe algún peligro.

El Cenzontle inspiró un poema a Nezahualcóyotl, debido a su variado canto. Los científicos han logrado registrar entre 50 y 200 canciones de esta ave.

El Águila Real, el Tucán Piquiverde, el Colibrí Canela, el Pavo Ocelado y el Pavón se cuentan entre las cerca de 1.150 aves que habitan el territorio mexicano. Muchas de ellas están amenazadas o en peligro. Colabora educando a los pequeños en una actitud de respeto y disfrute de las joyas en el cielo: aves en libertad, porque admiramos su vuelo y reconocemos su importancia ecológica.

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