lunes, 4 de agosto de 2014

El planeta tiene fiebre

Sabemos que la temperatura de la Tierra está aumentando, sabemos que es un problema que incumbe a toda la humanidad, sabemos que es tema recurrente en las noticias desde hace décadas, sin embargo, ¿en realidad podemos hacer algo para remediar el calentamiento global? Aquí te presentamos un análisis que te recordará la importancia de este asunto en tu vida y en el futuro de tu bebé.

El planeta es un ser vivo y como tal posee una sofisticadísima red de sistemas que se encargan de equilibrarlo ante toda necesidad. Desde hace millones de años, mucho antes de la aparición de los humanos, la temperatura de la Tierra ha fluctuado según los fenómenos naturales. Por otro lado, en los últimos tres siglos y particularmente en los últimos 100 años el promedio de la temperatura global ha aumentado con muchísima rapidez, superando todo registro histórico.

Los científicos, entre ellos los del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, derivado de las Naciones Unidas, han concluido que uno de los factores cardinales que ha causado esta situación son los gases de efecto invernadero, producidos concretamente por los humanos a raíz del acelerado desarrollo de las civilizaciones.

Pareciera que se trata de un círculo vicioso. Por un lado existe un engranaje industrial que sostiene la economía mundial –con todo y sus crisis- y por otro lado existen sociedades que desconocen las implicaciones ambientales de consumir sin consciencia recursos tan básicos como el agua. Surge entonces esta pregunta: ¿puede frenarse semejante mecanismo si hay toda una inercia detrás?

Podríamos hablar de las complejidades propias del metano, de la saturación de los basureros industriales, de la turbosina y la huella de carbono, no obstante, necesitaríamos más un experto en el tema para empezar a vislumbrar la magnitud de la situación. Ahora bien, lo que sí podemos hacer es informarnos de lo que puede llegar a pasar –y en algunos casos ya está pasando- si seguimos consumiendo sin una visión a futuro. Tal vez lo que necesitamos es captar de una vez por todas que absolutamente todo en este planeta está interconectado.

Como una bola de nieve que toma fuerza y se convierte en avalancha, si usas el automóvil más de lo que debes, si compras plástico, si derrochas el agua y si actúas sin pensar en las consecuencias ambientales –inmediatas y a largo plazo- podríamos estar al borde de un panorama poco agradable:

El deshielo de los glaciares eleva el nivel del mar provocando inundaciones en ciudades y pueblos costeros y la desaparición total de islas. La temperatura del suelo se eleva provocando más fuerza en los huracanes. Los bosques y selvas no pueden soportar muchas de sus especies. Los sistemas de limpieza como los arrecifes y los mangles colapsan extinguiendo así una parte vital del planeta. De nuevo, esto apenas es la superficie de un asunto que permea hacia todos los niveles de vida.

Por fortuna este panorama puede evitarse. De entrada, hay gente como tú, mamá o papá Biobaby, interesada en conservar la belleza de este mundo, pues entiendes que la Tierra está viva y pertenece a tus hijos. Así como ayudarías a tu bebé si tiene fiebre, ya te diste cuenta que hay que empezar a actuar HOY para hacer sentir mejor a este planeta.

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