miércoles, 25 de febrero de 2015

Síndrome del Emperador

El síndrome del emperador también conocido como síndrome del niño tirano o del niño rey, es un fenómeno cada vez más común, el de los niños que terminan por dominar a sus padres. Estos niños se caracterizan por tener insensibilidad emocional, poca responsabilidad ante el castigo, dificultades para desarrollar sentimientos de culpa y comportamiento déspota hacia sus padres y otros adultos.

Se dice que las causas de este síndrome pueden ser genéticas y ambientales, pero a veces se produce debido a que los padres son permisivos, están poco preparados o no saben establecer límites.
Por este motivo se debe estar alerta a las señales tu peque presente,  como berrinches en lugares públicos o delante de toda la familia. Otra señal es que el niño casi siempre se sale con la suya y casi toda la familia gira en torno a él. Es importante no sobre proteger a los hijos, puesto que existen padres que son incapaces de ver sufrir a sus hijos, por lo tanto acceden a todos sus deseos.

Para evitar este síndrome te damos algunos tips que puedes aplicar con tu pequeño:

  • Establecer reglas claras y explicar las razones de esas reglas a los niños.
  • Ser coherentes: El padre y la madre deben tener la misma opinión respecto a un problema que se presente.
  • Mostrarse persistentes respecto a lo que el padre y la madre hayan decidido.
  • No imponer un castigo que luego no se cumpla.
  • Supervisar todas las actividades de los hijos.
  • Gratificar en vez de castigar.
  • En el caso de los niños más complicados y caprichosos, con quienes es difícil tener empatía, se debe intentar establecer una buena relación.
  • Otorgar a los hijos responsabilidades acordes a su edad, como recoger la mesa o llevar el pan.
  • No apartarles ni sobre protegerles.
¡Gracias por compartir esta información y por ser parte de la Generación BioBaby!

lunes, 23 de febrero de 2015

Los juegos de primavera

Los juegos de primavera fomentan la interacción con el medio ambiente y la exploración. En sí, los niños pequeños son exploradores incansables, intrépidos investigadores y no paran de preguntar. En esa etapa todo les llama la atención y el clima de la primavera favorece las actividades al aire libre.

Las actividades educativas incluyen el juego, involucrando a papá, mamá y todos los que quieran participar, esto favorecerá el diálogo, la autoestima, la reflexión, el fortalecimiento de los vínculos afectivos y la educación de las expresiones emocionales.
   En casa pueden hacer un terrario en una pecera, un frasco, o algún recipiente plástico transparente. Sólo debes elegir plantas pequeñas como las cactáceas o suculentas, grava, tierra, piedras decorativas y algún animalito o duende de cerámica. Los pequeños estarán felices colocando el terrario en un lugar soleado y cuidando de que no le falte agua.
  Excursión al jardín o al parque: permite que sienta la textura de las diferentes hojas, de las flores, de los troncos de los árboles. Haz un momento de silencio y dile que escuche los trinos de los pájaros. Invítalo a observar el comportamiento de los insectos, el movimiento y las figuras que se forman en las nubes. Vuela un cometa. Al volver a casa, hagan dibujos acerca de todo lo observado. Los niños disfrutan las actividades que tienen un objetivo, un inicio y un cierre.
  Exploradores en el parque o en el campo: lleva tu backpack o mochila con binoculares, lupa, bolsitas de celofán, block blanco para dibujar, lápices de colores y el lunch. Enséñalo a observar lo que lo rodea, a colectar las piedras que tienen una forma o un color especial. Aquellas hojas de colores llamativos, tronquitos de formas caprichosas y hasta algún insecto que encuentren muerto por el camino. Establece un diálogo y cuando comience a preguntar enséñalo a reflexionar antes de darle la respuesta. La estrategia es excelente para desarrollar el pensamiento deductivo e inductivo y la confianza en sí mismo. ¿Mamá, por qué vuelan los pajaritos? Mmmm, qué interesante pregunta, vamos a observarlos…  ¿Por qué crees que pueden volar? Si papá y mamá hacen preguntas se sorprenderán de las respuestas y será muy divertido.
  El lunch de la primavera: involucra al niño en la compra de las frutas de la estación. Háblale acerca de las propiedades de las frutas y verduras haciendo énfasis en que son alimentos sanos. Prepáralas cortando con los moldes de figuras que usas para las galletas, tapa sus ojos y haz que las huela, las pruebe, sienta la textura  y adivine qué fruta es.
  Pintura artística en el exterior: vístelo con ropa vieja, coloca cartulinas o cartoncillos en el jardín o el patio, motívalo con las pinturas digitales de diversos colores empleando las manos, los pies. Enséñale a usar las hojas secas como sellos imprimiendo las formas en la cartulina. No olvides conversar permitiéndole que fluya lo que siente y piensa.
Aprende, disfruta y abre tu corazón a la naturaleza, acompañando las actividades con música y cantos.


¿Qué llevar en la maleta?

¿Qué llevar en la maleta?

Si tu peque está por nacer es normal e incluso lógico que estés un poco abrumada. Por lo mismo, hemos decidido ayudarte un poco para organizar tu cabeza y que las prisas no te tomen en curva. Cada mami es diferente y cada caso puede cambiar, pero en promedio pasarás al menos dos noches en el hospital. Te recomendamos llamar por teléfono a la maternidad y preguntar qué tipo de cosas están incluidas o cuáles debes llevar por tu cuenta. De cualquier manera, nosotros te sugerimos hacer una lista a mano e ir tachando todo lo que vas metiendo a la maleta. Seguramente, si algo se te olvida o necesitas más cosas, tu pareja o algún familiar podrá apoyarte con lo que falte. Recuerda que lo más importante es que te sientas lo más cómoda posible estando en el hospital.

Aquí va nuestra lista de sugerencias:

Cepillo de dientes
Pasta de dientes
Hilo dental
Cepillo o peine de pelo
Shampoo
Acondicionador
Crema humectante
Toallas íntimas
Maquillaje (en caso de que quieras arreglarte un poquito)
Desmaquillante (si es que optaste por la opción de arriba)
Tres pares de calzones cómodos
Tres pares de brassiers para mamás que amamantan
Pijama o camisón
Pantuflas o sandalias cómodas
Tres blusas con botones al frente
Por lo menos un suéter calientito
Dos pants o pantalones cómodos
Ropa para el día que salgas del hospital
Cámara
Cargador de la cámara
Teléfono celular
Cargador del celular
Sillita del coche para bebé
Ropita calientita para sacar al bebé del hospital
Mamilas para el bebé (en caso de no poderlo amamantar)
Pañales para el bebé
Cobijita para el bebé
Gorrito para el bebé


¡Te deseamos lo mejor en el nacimiento de tu peque! ¡Gracias por ser parte de la Generación BioBaby!

lunes, 16 de febrero de 2015

¿Sabías que tu basura puede caber en un frasquito?


La idea suena un poco descabellada, pero cada vez hay más ejemplos de personas que reducen sus formas y hábitos de consumo hasta la más mínima y consciente expresión con el fin de eliminar casi al máximo su impacto sobre el planeta Tierra.

Esa es la historia de Bea Johnson, una francesa que vive en Estados Unidos, pero que desde hace más de siete años ha implementado ciertos cambios en su manera de aproximarse al mundo y ha educado a su familia para hacer lo mismo.

Lo primero que hicieron fue mudarse a una casa más pequeña y a la vez deshacerse del 80% de sus bienes, entre los cuales también se despidieron del segundo automóvil.

Cuando van a comprar algo, lo hacen a granel y en vez de pedir bolsas del supermercado, llevan frascos o morrales de tela reutilizables. La ropa que usan es de segunda mano y cada integrante de la familia no llena más de una sola maleta con todas sus pertenencias.

Esta familia ha sintetizado su filosofía en cinco principios: rechaza lo que no necesites, reduce lo que sí necesitas, reutiliza lo que consumes, recicla lo que ya usaste y con el resto has composta.

Ojo, no se trata de llevar una vida incómoda, sino de ser mucho más responsable y consciente del impacto que tiene cada una de tus decisiones en el planeta. Tampoco tienes que ir a un extremo y despedirte de tu patrimonio, pero sí cuestionarte más de una vez antes de comprar cualquier cosa si en realidad la necesitas y qué será de ella una vez que sí decidas comprarla y luego desecharla. Esta forma de pensamiento la puedes trasladar a todas tus actividades: a tu forma de comer, bañarte, desplazarte, entretenerte, vestirte y hasta viajar.

Esperamos que este ejemplo pueda inspirarte a llevar un estilo de vida con tu peque y el resto de tu familia de una manera más inteligente y ecológica. ¡Gracias por compartir esta información y por ser parte de la Generación BioBaby!

lunes, 9 de febrero de 2015

Dale calcio a tu peque

Mientras amamantas a tu bebé prácticamente no tienes de qué preocuparte, pues en tu leche le estás transmitiendo todos los minerales, vitaminas y nutrientes que necesita para su desarrollo, entre ellos las defensas para que tenga un sistema inmunológico estable y fuerte. Algo similar ocurre cuando no puedes darle de tu leche y optas por fórmula. Como su nombre lo dice, en ella le estás dando todo lo que necesita para crecer.

¿Qué pasa cuando deje la leche?
Por otro lado, una vez que el pediatra lo autorice y comience a comer sólidos, es decir, alimentos que van más allá de la leche y el agua, aunque sea en forma de papilla en un inicio, debes asegurarte de que su dieta sea balanceada. El objetivo es que obtenga todos los nutrimentos que necesita, entre ellos el calcio.

¿Por qué es tan importante dicho mineral?
En primer lugar es lo que hace que sus huesitos crezcan sanos y fuertes, sin embargo, también es fundamental para el desarrollo del sistema nervioso, el buen funcionamiento de los músculos y la capacidad de coagulación en la sangre.

¿Dónde puedo encontrar el calcio?
Aunque muchos alimentos lo contienen en menor o mayor cantidad, esta es una pequeña lista de los que más lo aportan al organismo:
Leche
Queso y otros lácteos
Huevo
Salmón
Lentejas
Frijoles
Garbanzos
Espinaca y verduras de hoja verde
Cebolla
Panes de granos integrales
Brócoli

¿Qué tanto calcio debo darle?
Recuerda que no debe faltarle este mineral, pero tampoco sobrarle. Con que una vez al día le des una ración es suficiente. La Academia Americana de Pediatría recomienda darle a tu peque 700 miligramos diarios si tiene entre 1 y 3 años, esto quiere decir que ½ taza de alguno de los alimentos mencionados anteriormente es suficiente.


Recuerda que todos los alimentos que le des a tu peque deben ser previamente aprobados y recomendados por el pediatra, así que tómate tu tiempo de preguntarle todas tus dudas en respecto a su dieta. ¡Gracias por compartir esta información y por ser parte de la Generación BioBaby!

¿Qué tan grande es tu bebé?


Si estás embarazada seguramente te imaginarás a tu peque nadando adentro de tu pancita, divirtiéndose y esperando felizmente el momento de conocerte y estar en tus brazos. Y, claro, también te preguntarás de qué tamaño es. Por ello aquí te damos una comparación, bastante real y curiosa a la vez, con la proporción de algunas frutas y verduras según la etapa de su desarrollo.

A las cuatro semanas, oficialmente un embrión, tu bebé es del tamaño de una semilla de ajonjolí, midiendo escasamente dos milímetros.
A las cinco semanas aún no tiene forma de bebé, pero ya mide tres milímetros y es del tamaño de una semilla de girasol.
A las seis semanas ya mide lo que una lenteja.
A las siete semanas de gestación, ya alcanzó el tamaño de un chícharo y puede medir hasta 1.2 centímetros.
A las ocho semanas tu bebé tiene la longitud de un frijolito, de pies a cabeza, 1.6 centímetros.
Cerca de las nueve semanas, ¡ya mide lo mismo que una uva!
A las 10 semanas ya puedes decir que adentro de ti nada una criaturita del tamaño de una aceituna.
A las 11 semanas ya se puede comparar con un higo y pesa 7 gramos.
A los tres meses, o bien a las 12 semanas, ya es del tamaño de un durazno pequeñito y pesa 14 gramos.
A las 13 semanas tu bebé, de pies a cabeza, ya mide lo que una vaina de chícharos, alrededor de 7.5 centímetros.
A las 14 semanas mide como un limón grande y pesa 43 gramos.
¡Y ahora, a las 15 semanas, ya es del tamaño de una manzana!
A las 16 semanas tu peque es como un aguacate, pesando 100 gramos y midiendo 11.6 centímetros.
Para la semana número 17 ya tiene la longitud de un cebollín con todo y follaje.
A las 18 semanas tu peque ya es casi como un pimiento.
En la semana 19 ya podrías comparar a tu bebé con el tamaño de un gran tomate, midiendo 15 centímetros de pies a cabeza.
¿Te gustan los plátanos? ¡De ese tamaño es tu bebé para la semana número 20!
Ahora, en la semana 21, ya mide casi como una zanahoria, pesando 360 gramos y midiendo 26 centímetros.
En la semana 22 tu bebé mide lo que una calabaza dulce.
Y para la semana 23 ya es casi del tamaño de un mango, pesando un poquito más de medio kilo y midiendo casi 29 centímetros.
En la semana 24 ya es del tamaño de un elote y mide 30 centímetros de talones a cabeza.
Tu bebé medirá lo que un nabo grande para semana número 25.
Dos semanas después, es decir la número 27, ya será tan grande como una papa grande, pesando 875 gramos y midiendo 36.5 centímetros.
Siete días más tarde, en la semana número 28, será del tamaño de una gran berenjena, pero apenas pesará un poquito más de un kilogramo.
Cuando llegues a las semana número 30 tu bebé va a ser tan grande como una col.
En la semana 31 pesará como un coco, casi 1 kilo y medio y medirá 41 centímetros de cabeza a pies.
Tu bebé cada ves ocupa más espacio en tu vientre y para la semana 33 será del tamaño de una piña, pesando alrededor de 2 kilos y midiendo casi 44 centímetros.
Una semana más tarde será del tamaño de un melón, ¡qué grande!
En la semana 36 medirá como una lechuga romana y aumentará aproximadamente 30 gramos cada día.
Para la semana número 38 tu bebé será del tamaño de una sandía pequeña y en las próximas dos semanas, podrá llegar a pesar alrededor de 3.5 kilogramos y medir alrededor de 50 centímetros.

Recuerda que esto sólo fue una comparación estándar, pues cada bebé es diferente y puede pesar y medir más o menos según su información genética y tu alimentación. ¡Gracias por ser parte de la Generación BioBaby!

martes, 3 de febrero de 2015

¿Qué dicen los expertos del canguro para bebés?

Investigamos distintas fuentes de especialistas que van desde el Hospital de California en San Francisco hasta la Universidad de Stanford y así resolvimos algunas de las preguntas más comunes en relación a esta forma de cargar a los peques.
¿Es bueno para mi bebé?
Cargar tu peque con ayuda de un canguro tiene varios beneficios, entre ellos calmarlo cuando tiene un cólico y fomentar el vínculo entre madre-hijo o padre-hijo, según quien lo haga. Otra de las ventajas, quizá de las menos conocidas, es que disminuye la probabilidad de que las mamás sufran depresión post-parto. Esto último como consecuencia del contacto cercano.
¿Es mejor cargarlo en mis brazos?
Cuando el bebé es recién sí, pues el calor humano que se transmite piel con piel le da mucha seguridad. Por otro lado, una vez que empieza a crecer y a aumentar de peso no sólo puede ser un problema para la columna vertebral de quien lo sostiene, sino que el mismo peque puede comenzar a sentirse harto de estar siempre en la misma posición y con ganas de explorar el mundo.
¿En qué debo de fijarme para comprar un canguro?
Debes usar un canguro ergonómico que se adapte al cuerpo de quien lo va a usar y al tamaño de tu bebé. Hay algunos ajustables, según su etapa de desarrollo y otros que sólo sirven para determinadas edades. Lo más importante es que la espalda de tu peque tenga un buen soporte para que su columna vertebral está protegida en todo momento.
¿Lo debo cargar siempre viendo hacia mi pecho?
Una vez que tu peque tenga buen control sobre su cabeza y pueda sentarse por sí mismo en una superficie plana (alrededor de los 5 o 6 meses) ya puedes voltearlo para que sentadito sobre el canguro y observe el mundo mientras pasean. Siempre que lo sientes, ya sea de espaldas o de frente, asegúrate de que ninguna parte de su cuerpo esté presionada. El objetivo es que tanto tú como él se sientan lo más cómodos posible.
¿Qué debo hacer yo mientras uso el canguro con mi bebé?
Al tener los brazos libres podrás moverte con mayor facilidad mientras tu peque descubre su entorno, pero es importante que aprietes el abdomen mientras lo cargas para proteger tu propia columna. Recuerda que antes de que existieran los canguros modernos, durante miles de años las mujeres han cargado a sus hijos con la ayuda de distintos tipos de rebozos y telas, así que es cosa de adaptarte y disfrutar el momento.
¡Gracias por compartir esta información y por ser parte de la Generación BioBaby!


lunes, 2 de febrero de 2015

Enséñale a tu peque a valorar los humedales


Hoy se celebra el Día Mundial de los Humedales, sin embargo, en realidad deberíamos festejarlos diariamente. ¿Por qué? Se trata de un tipo de ecosistema fundamental para la vida en todo el planeta. Básicamente un humedal es un área casi siempre plana cuya superficie se inunda o está llena de agua la mayor parte del tiempo.

Cuando la tierra se cubre de agua o, en palabras más coloquiales, está empapada constantemente, el suelo queda libre de oxígeno y se crea un ecosistema híbrido entre seres acuáticos y terrestres. Un humedal puede ser un pantano, un estero, una ciénaga o incluso manglares.

La función principal de un humedal, además de albergar un potencial enorme de vida, es filtrar toxinas. Todas las sustancias y partículas que se captan en el aire y llegan a las ramas de los árboles, arbustos y otras plantas, se van filtrando tal cual como un colador en los humedales. Hay un proceso de limpieza y purificación para balancear los ecosistemas y permitir la creación de nueva vida y nuevos ciclos de energía en la Tierra.

En México, por ejemplo, contamos como humedales a los Pantanos de Centla, en Tabasco y a los humedales del Río Lagartos, en la península de Yucatán. Claro, además hay manglares y otro tipo de humedales a largo del país. Se calcula que en el mundo hay aproximadamente 400 zonas de humedales repartidas en 46 países.

¿Y qué puedes hacer tú para protegerlos? Para empezar reconocer su importancia en el planeta y, más importante aún, una vez que tu peque empiece a tener conciencia sobre temas ambientales comenzar a explicarle que todo lo que él hace o consume tiene un impacto en la naturaleza, incluso si en el momento no lo puede percibir.

Enséñele a tu familia que actuando localmente pensando en el bienestar ecológico, se puede impactar de forma positiva el entorno global. ¡Gracias por compartir esta información y por ser parte de la Generación BioBaby!