viernes, 4 de julio de 2014

¿Bebés tecnológicos o naturales?

Hace una semanas en BioBaby publicamos la misma pregunta para abrir un debate. En realidad no existe una respuesta correcta, cada madre y padre de familia cuentan con sus respectivas y muy válidas posturas ante la toma de decisiones que implica la crianza de sus hijos. Por otro lado, dada la cantidad de opiniones, consultamos distintas fuentes expertas para ampliar la perspectiva sobre el tema.

Por ejemplo, Nicholas Carr, investigador académico de tecnología y autor de libros como The Glass Cage: Automation and Us, apunta que existe un gran acervo de estudios científicos que sugieren tanto las ventajas como las desventajas de exponer a los niños a los dispositivos tecnológicos. Dado que sus cerebros aún están desarrollándose y son moldeables, es un hecho contundente que la frecuente exposición al mundo digital está formando nuevas conexiones neuronales, mismas que no se habían observado en generaciones pasadas.

Una de las conclusiones a las que han llegado los científicos, entre ellos neurólogos, psicólogos y sociólogos, son las diferencias cerebrales. Por ejemplo, leer únicamente libros provocó que nuestros cerebros desarrollaran habilidades de concentración y creatividad imaginativa. En contraste, el uso de Internet ha incentivado que nuestros cerebros desarrollen la capacidad de buscar información de forma rápida y efectiva.

De acuerdo al psiquiatra Jim Tylor, especialista en aprendizaje y relaciones padres e hijos, la ciencia debe seguir estudiado con detalle este tema para llegar a una conclusión contundente. Sin embargo, lo que se ha observado hasta ahora es que la tecnología juega un papel crucial en las conexiones neuronales de los niños en cuanto a la atención, la saturación de información, la toma de decisiones, la memoria y el aprendizaje. Asimismo, cada una de estas vertientes depende de muchos factores, como el grado de exposición y la frecuencia en la que un niño entra en contacto con la tecnología.

Ciertamente imaginar nuestras vidas sin tecnología en pleno siglo XXI resulta casi inconcebible. Desde la simpleza de una llamada telefónica hasta la complejidad de una etiqueta en la red social de moda, de una manera u otra, dependemos de las telecomunicaciones y sus múltiples derivados para interactuar como sociedad. Y lo más probable es que, más temprano que tarde, tu hijo o hija, incluya a la tecnología en su vida, ya sea por fines prácticos o de entretenimiento.

La pregunta sigue sobre la mesa. ¿Qué tipo de padre o madre de familia eres? Quizá, dado que es inevitable escapar de la tecnología por sus múltiples beneficios en nuestras vidas, valdría la pena cuestionar si es mejor exponer a tus hijos al jardín, al parque, a los árboles, a los juegos vivenciales y a vida en su forma más natural, antes de prestarle tu teléfono celular, tu tableta o tu computadora.

No hay respuestas correctas, sólo buenos cuestionamientos. ¡Gracias por ser parte de la Generación BioBaby!

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