martes, 10 de marzo de 2015

El baño de esponja para el bebé

El baño de esponja es ideal para el bebé, protegerá su delgada piel, podrás cuidar la cicatrización del ombligo y evitar infecciones. El recién nacido no debe ser sumergido ni expuesto a baños prolongados, en sí, durante los tres primeros meses, será suficiente con dos baños completos de esponja por semana y la higiene continua de la manitas, glúteos y genitales, cada vez que le cambias el pañal.
El baño diario, en los recién nacidos, es una moda más que una necesidad higiénica. El bebé sólo necesitará que laves sus manitas, al menos tres veces al día, porque al tenerlas cerradas, el sudor y la saliva pueden generar bacterias. Bañarlo a diario no le hará ningún daño, pero si su piel es delicada o tiene dermatitis atópica, el agua y el jabón, aunque sea neutro, lo empeorará.
¡Prepara el baño de esponja!
    Elige un espacio cálido y sin corrientes de aire. Usa una bañera portátil y coloca una toalla suave al fondo. Dispón una bandeja pequeña destinada a lavar la cabeza. Ten a la mano lo necesario de manera que puedas alcanzarlo con facilidad.
  Jabón neutro para bebé.
    Un recipiente con agua tibia a 36° como máximo. Puedes medir la temperatura introduciendo tu codo en el agua.
    Dos esponjas suaves, una para enjabonar y la otra para mojar el cuerpo del bebé.
    Una toalla con gorrito.
  La pomada para evitar rozaduras y la crema humectante para el cuerpo.
   El material para realizar la limpieza del área del cordón umbilical: suero fisiológico o agua hervida, antiséptico y gasas.
   El pañal desechable, la camiseta y la ropa.

Desnuda al bebé y envuélvelo con una manta delgada de algodón, así se sentirá seguro, no tendrá frío y tú podrás sostenterlo con facilidad. Limpia la carita con las gasas mojadas en agua hervida o suero fisiológico. Usa una gasa para cada ojo. Otras para las mejillas, las orejas, la parte externa de la nariz y la boquita.
Sostén al bebé en tu brazo, colocado de lado y con la cabeza en dirección a la bandeja. Lava la cabeza con el champú, enjuaga y seca. El lavar la cabeza por separado mantendrá limpia el agua para el cuerpo y el bebé no pasará frío.
Coloca al bebé desnudo en la bañera, tómalo de la axila de manera que la cabeza repose en tu antebrazo. Moja la esponja, vierte unas gotas de jabón, desliza con suavidad en las áreas de cuerpo más limpias, mojando la esponja cuando sea necesario. Deja las pompis y los genitales al final. Evita que caiga agua jabonosa, cuando el cordón umbilical aún no se desprende. Enjuaga con la otra esponja libre de jabón. Coloca al bebé sobre la toalla y envuélvelo. Mientras lo secas, con movimientos suaves, háblale y dile que lo amas, que el agua es maravillosa y lo ayudará a estar sano.
Realiza el aseo del ombligo siguiendo las instrucciones de tu pediatra.

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