lunes, 24 de agosto de 2015

Vitaminas para los niños


La mejor fuente de vitaminas para los niños procede de los alimentos. En la dieta deben incluirse frutas, verduras, lácteos, cereales, leguminosas, proteínas y agua. La combinación brindará el aporte diario necesario.
La vitamina A mantiene sanos: dientes, tejidos blandos, membranas de la piel y la visión. Refuerza el sistema inmunológico e interviene principalmente en el funcionamiento de riñones, pulmones y corazón. La obtienes en el hígado de pollo o res, en la leche, vegetales y frutas de color naranja y en los vegetales de hoja oscura.
El grupo de vitaminas B son indispensables para el metabolismo. A través de ellas el cuerpo contará con la energía necesaria. Ayuda también en la producción de los glóbulos rojos. Las encuentras en granos enteros, huevos, pollo, carne, mariscos y pescado. También en la leche y sus derivados. En el frijol, los chicharros y los vegetales de hoja verde.
La vitamina C ayuda al sistema inmunológico, además de combatir las infecciones interviene en la regeneración de heridas. Es indispensable para los tejidos del cuerpo y para mantener el sistema muscular en buenas condiciones. La obtendrás en las frutas cítricas como el limón, la guayaba, el kiwi y la naranja.  En el jitomate, el brócoli y las diferentes variedades de chile.
La vitamina D interviene en el mantenimiento de los huesos y los dientes. Es indispensable para la adecuada absorción del calcio. La encuentras en la leche, la yema de huevo, el hígado, el cereal y el pescado.
La vitamina E es antioxidante y ayuda los glóbulos rojos. Mejora la actividad neuronal y protege las células y los tejidos de los daños causados por los radicales libres (químicos liberados cuando el cuerpo transforma la comida en energía). Protege también de los radicales producto de la contaminación, los rayos ultravioleta y el humo de los cigarros. La encuentras en: germen de trigo, espárragos, aguacate, nueces, cacahuates, granos enteros, yema de huevo, aceite de oliva y en los vegetales de hoja verde.
La vitamina K se encarga de la coagulación de la sangre y previene las hemorragias. La obtienes en los vegetales de hoja verde, el brócoli, la soya y en los lácteos. También el intestino interviene en la producción de la vitamina K.
Si tu hijo rechaza la variedad en la comida o presenta falta de apetito te sugerimos establecer un horario. Fuera de este no le permitas comer nada, sólo agua y que no rebase el litro y medio diario de líquidos. Recuerda que en época de calor, si suda mucho al jugar, necesitará ingerir más cantidad de agua.
Sirve raciones pequeñas y suficientes, variadas y decoradas, cinco veces al día: desayuno, comida, cena y dos colaciones intercaladas.
Establece el acuerdo de que si come le darás en la cena aquel alimento preferido y que esté dentro de la lista de alimentación sana.
No le supliques a la hora de la comida, puedes contarle un cuento, estará tan interesado en el relato que abrirá la boca sin protestar.
Si la situación persiste debes consultarlo con el pediatra.

La paciencia, el amor, la comunicación y el tiempo de calidad que compartas con él, apoyarán tu proyecto educativo y la creación de hábitos alimenticios sanos.

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