martes, 15 de septiembre de 2015

Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono




El planeta Tierra se cubre por la atmósfera y esta, a su vez, se divide por diferentes capas. La más inmediata es la tropósfera, en la cual se generan movimientos verticales y horizontales de vientos o masas de aire, y en donde se originan las lluvias, cambios de temperatura y vientos.


Continúa la estratósfera y llega a un límite de los 50 kilómetros de altitud. A esa elevación, además de volar los aviones, los vientos horizontales de alta velocidad facilitan que cualquier sustancia se difunda con rapidez por todo el globo terráqueo. Durante la década de los años 80 se liberaron más de un millón de toneladas al año de CFC (clorofluorocarbonos) y posteriormente se descubrió que destruían el ozono, una forma especial de oxígeno concentrada mayormente en la estratósfera, siendo una de sus funciones la absorción de peligrosas radiaciones de onda corta.


La mesósfera se extiende entre los 50 y los 80 kilómetros de altura, la disminución de la temperatura, aunada a la baja densidad del aire, interviene en la generación de turbulencias y ondas atmosféricas. Es el punto en donde las naves espaciales notan la estructura de los vientos de fondo y el freno aerodinámico.


A más de 80 kilómetros de altura encontramos la ionósfera en donde el aire está por completo enrarecido y permite la propagación de las señales de radio. Esto facilita la recepción de señales a mayores distancias que las ondas que viajan por la superficie del planeta.


La exósfera forma el límite exterior de la atmósfera y más allá se extiende la magnetósfera en la cual el campo magnético del planeta domina sobre el medio interplanetario.


Una vez identificadas, de manera general, las diferentes capas que cubren la Tierra, imaginemos la capa de ozono a la altura de los vuelos aéreos. Ahí se concentra el 90% del ozono en la atmósfera y actúa como un filtro solar, absorbiendo la luz ultravioleta (UV). Sin la capa protectora los seres humanos estaríamos expuestos a la radiación ultravioleta, y además de quemaduras por el sol, sobrevendrían cáncer de piel y severos problemas oculares, sin contar con el daño causado a otros seres vivientes.


El ozono se forma por la unión de tres átomos de oxígeno (O3), cuando el aire común consiste en dos átomos de ese gas. Se identifica por un olor metálico penetrante que se desprende cuando el aire atraviesa una corriente eléctrica, por ejemplo, en las tormentas.


En la industria se emplea como un agente blanqueador de textiles, ceras y aceites, así como para acelerar el proceso de envejecimiento de la madera y el vino. En sí, el ozono está presente en muy bajas cantidades en el aire que respiramos, su elevación es perjudicial para la salud y sucede en la época de calor porque los rayos ultravioleta tienen la capacidad de convertir el aire en ozono.  

Es importante desarrollar una consciencia planetaria y darse cuenta que con nuestras acciones interferimos en los procesos naturales de la Tierra. En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono se harán propuestas dirigidas a la recuperación de la capa de ozono dañada en la Antártida.

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