lunes, 12 de octubre de 2015

El desarrollo de la conciencia ambiental en los niños




El desarrollo de la conciencia ambiental en los niños inicia en el hogar. Los bebés aprenden principalmente por imitación y seguirán el ejemplo de las personas que son significativas para ellos. Albert Bandura, psicólogo e investigador, señaló que el aprendizaje observacional sucede cuando la persona contempla la conducta de un modelo. Papá y mamá serán entonces los principales vehículos para el aprendizaje. Esto significa que la conciencia ambiental primero debe despertar en los padres y manifestarse de forma auténtica para que sea seguida por el hijo.
Al crecer, el proceso madurativo permite al bebé aumentar paulatinamente el repertorio de conductas y con ello enriquecerá las experiencias. La manera en que aprende será más compleja pero prevalecerá la observación e imitación.
Uno de los fallos educativos reside en que los profesores instruyen a los alumnos pero su comportamiento no siempre va de acuerdo con lo que enseñan. Si el profesor les explica la importancia de la regla de las 3R (reducir, reciclar, reutilizar) y luego les prohíben usar los cuadernos del año anterior aún con muchas hojas limpias, será incongruente y eso desorientará a los pequeños.
En el hogar ocurre lo mismo; los argumentos se fortifican cuando se acompañan de las acciones. Aún más, si mamá cuida siempre que no se desperdicie el agua, el niño le avisará cuando gotea la llave y más adelante él mismo estará pendiente de no desperdiciar el recurso. Si papá coloca siempre la basura en su lugar, el niño hará lo propio sin necesidad de indicárselo o darle extensas explicaciones.
Un dicho popular dice: las palabras se las lleva el viento… En cierto modo ocurre cuando intentamos instalar en el niño hábitos como los de higiene, que trascienden el aseo corporal y se extienden al orden y limpieza en las áreas comunes, en la escuela, las tareas, la calle. Podemos explicarle, recurrir a los premios o a la suspensión de privilegios, rogarle, pero los hechos son los que prevalecerán. Si papá y mamá lo hacen, el niño lo hará sin necesidad de una explicación.
Hacia los 3 o 4 años, cuando las conductas básicas ya se instalaron en el repertorio de respuestas del niño, iniciará la etapa de las preguntas. Es cuando papá y mamá le explicarán las razones por las cuales se debe cuidar el agua, la electricidad, se debe depositar la basura en el lugar correspondiente, cuidar de las plantas y animales, etc. La explicación será un agregado a las conductas ya existentes. Cuando el niño aprendió a tirar, derramar, destruir, siguiendo el ejemplo de alguien, intentamos ofrecerle razones para que adopte la postura de cuidado ambiental y personal pero será más difícil y complicado. Debemos recordar que de la misma manera que se aprenden conductas positivas, se aprenden las negativas.
El cuidado ambiental, la práctica de algún tipo de ejercicio físico, la dieta alimenticia sana constituyen una forma de vida que se logra al cambiar tan solo algunas actitudes. Una vida en la que cobran importancia los valores familiares, la apreciación de la existencia y el disfrute de la naturaleza. Una vida más feliz y con enormes gratificaciones emocionales. Vale la pena intentarlo.

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