martes, 30 de junio de 2015

Visita pueblos mágicos en las vacaciones

Los pueblos mágicos están rodeados de leyendas, historia, lugares insólitos, comidas aromáticas y una sensación que envuelve, acaricia y los hace inolvidables. Con seguridad te preguntarás si vale la pena llevar al pequeño en esos paseos, la respuesta es simple, son las impresiones gratas las que dejan una huella positiva que sirve de fundamento para los aprendizajes posteriores.

A los niños les seleccionamos los juguetes según la sociedad y el tipo de familia a la que pertenece, pero es  a través de la manera de enseñarlo a jugar, como aprenderá el manejo simbólico de la realidad. Lo mismo sucede con los viajes. Cada familia elige el itinerario basándose en sus intereses; al llevar al pequeño lo aproximan a la vida exterior, fuera y lejos de su cotidiano hogar.

Los viajes producen un efecto sorprendente, papá y mamá enfrentan una situación diferente a la cotidiana, ambos pasan mucho más tiempo con el pequeño y juntos experimentan situaciones nuevas. De ahí que los viajes sean magníficos para establecer o fortalecer los vínculos afectivos familiares. Es cuando se dan las oportunidades para comunicarse, descubrirse unos a los otros y manifestar su cariño. Los pueblos mágicos son ideales como una opción de viaje familiar.

Se les llama pueblos mágicos a las pequeñas poblaciones que han conservado su herencia histórica, cultural y natural a través del tiempo y a pesar de la modernidad. Cada pueblo mágico posee atributos únicos, historias auténticas y trascendentes, elementos simbólicos en su arquitectura, en su música, en sus danzas. Se mantienen suspendidos en el tiempo y los pobladores conservan el entorno tal y cómo debió estar en el pasado, pero con las comodidades del presente. Eso incluye la infraestructura que permite al turista disfrutarlos e incluso alojarse con comodidad.

Un pueblo mágico obtiene este nombramiento y la certificación turística, luego de haber sido evaluado como un entorno natural o único, auténtico y emblemático, además de ser demostrada su capacidad para recibir al turismo nacional y extranjero.

No todas las familias cuentan con vacaciones largas, de ahí que las visitas a los pueblos mágicos sean una excelente opción, puesto que podrás organizarte según el tiempo y el presupuesto con el que cuentes. Sólo tendrás que buscar en el directorio de pueblos mágicos y hacer el itinerario de viaje que más te guste y te convenga. En muchos de ellos se cuenta con actividades para los niños dentro de un entorno natural.

Echa en la maleta los pañales biodegradables, tres o cuatro mudas de ropa cómoda que puedas lavar en el hotel, biberones, la leche de fórmula (si es que aún la consume), los artículos de aseo del bebé, la cobija preferida, su almohada y el kit de medicamentos de emergencia. Lleva la carriola, el canguro, la cámara fotográfica, un suéter y un paraguas, por si las dudas, como dicen las abuelas. Prepara tu equipaje con calzado y ropa igual de práctica y a divertirse dos o tres días en un pueblo mágico, o en un circuito que te llevará a adentrarte en el conocimiento y disfrute de poblados que parecen formar parte de un cuento maravilloso.














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