jueves, 11 de junio de 2015

Felicidades papá

La educación es un proceso largo que comienza en la familia y luego en la escuela. Se necesita de papá, mamá y profesores para conseguir un pleno desarrollo educativo y personal en el niño o en la niña.

En la vida del hijo, papá es tan importante como mamá. Es cierto que mamá atiende las necesidades del recién nacido, por razón natural, ya que es ella quién lo alimenta y pasa más tiempo con él, pero la cercanía, la voz, los brazos de papá son insustituíbles durante esas etapas primarias del desarrollo emocional y afectivo.

Uno de los inconvenientes es que papá ocupa el segundo lugar por razones culturales, o porque para algunos es cómodo que mamá se haga cargo por completo del bebé y papá espere a que cumpla el año, cuando el pequeño es más activo y comienza a vincularse con el medio que lo rodea. Pero es un error. Recordemos que desde el nacimiento, el bebé aprende con rapidez e internaliza todos los estímulos que recibe. Su cerebro los registra e inicia las relaciones, por ejemplo: voz-rostro-sensación de seguridad, etc. La cercanía de papá, desde el primer día, enriquecerá el desarrollo emocional y también el cognitivo o de conocimientos.

Es una realidad que papá deba estar ausente por motivos de trabajo, pero al igual que mamá, puede dedicarle todos los días un tiempo al bebé. Atender sus necesidades como darle el biberón, bañarlo, cambiarlo o vestirlo, fortalecerá el vínculo.

En las siguientes etapas de la niñez, la intervención de papá en la enseñanza será definitiva y valiosa. Para ello, deberá estar muy de acuerdo con mamá. En algunas familias papá consiente, ofrece cosas materiales y da los permisos, cuando lo más conveniente es que sean ambos quienes mantengan la autoridad, mimen y enseñen los valores éticos y sociales a sus pequeños.

El día del padre nos recuerda la labor educativa y amorosa del hombre. Algunos temen perder autoridad si se muestran afectivos o realizan labores que antes estaban destinadas a mamá. Todo lo contrario, el pequeño aprenderá a respetarlo y a quererlo, algo muy superior a lo de antes, cuando los niños temían a papá.

El mejor camino para mantenerse cercano es justo el involucrarse desde el inicio en la crianza. Papá debe saber que el niño, mamá y la escuela necesitan de su presencia. Cuando el binomio papá-mamá está de acuerdo y presente en la educación, se facilitan los procesos de aprendizaje, el manejo y expresión de las emociones, el desarrollo de los roles hombre-mujer, el entrenamiento en destrezas sociales, el desarrollo espiritual, moral y psicológico del pequeño.

 Los estudios señalan que los niños con padres involucrados en la crianza y educación, muestran destrezas linguísticas, conocimientos, son más sociables, seguros de sí mismos, felices y con mayor autoestima, que aquellos con padres ausentes o no comprometidos.
El papel paterno debe iniciar en el momento en el que sabe que espera un hijo. El embarazo, el nacimiento y la crianza del bebé no es asunto de mujeres, también debe incluir a papá.


No hay comentarios.: