Optar por la lactancia natural es una de las elecciones más sabias y ecológicas que las madres pueden tomar. La razón es simple: hoy por hoy no existe ningún alimento que sea más respetuoso hacia la naturaleza y que le brinde a tu bebé más beneficios. Es sustentable, renovable, no se desperdicia y además al momento del consumo no hay que emplear ninguna tecnología ni energía extra para calentarlo o enfriarlo, pues su temperatura es idónea. En resumen, la lactancia materna no afecta en ninguna manera a los recursos naturales de la Tierra.
Por más obvio que esto nos parezca, la novedad radica en la educación de la sociedad. Ciertamente para algunas mujeres, ya sea por razones médicas o personales, ello resulta una opción no viable, no obstante, a la par hay millones de madres alrededor del mundo que han optado darle fórmula a sus pequeños por un tema de comodidad y desinformación.
Las Naciones Unidas auguran una disminución considerable en las consecuencias que perjudican los ecosistemas si los padres de familia redirigen su consciencia alimentaria hacia lo natural. Todo lo que implica vida envuelve a su vez a una cadena de otros organismos que forman parte de un gran esquema biológico. Si hoy las madres amamantan a sus bebés y cuando ellos crezcan les platican su experiencia como algo positivo, es probable que de adultos ellos también repitan la misma conducta. Claro, ya con una consciencia ambiental de por medio.
Y por si las razones ecológicas fueran suficientes, existe un gran número de estudios médicos que respaldan las bondades de la leche materna y sus efectos positivos en la salud de los bebés. ¡Es momento de ser parte activa de la Generación BioBaby!
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