Los calambres son contracciones o espasmos involuntarios en uno o
más músculos; generalmente aparecen después del ejercicio o durante la noche y
pueden deberse a algún problema nervioso, deshidratación, falta de minerales,
exceso de uso de un músculo en específico o sangre insuficiente en el
área.
Por eso los alimentos ricos en potasio y magnesio ayudan
a prevenir los calambres, ya que ayudan a descomponer los carbohidratos y
formar músculos. Un puñado de frutos secos, un vaso de jugo de tomate o de
cítricos, una naranja o un plátano, ayudarán a mitigar los calambres y a
prevenir su recurrencia. Asimismo, las verduras y hortalizas van a asegurarnos ese magnesio y
potasio que necesitamos.
Los frutos secos y legumbres son otro
grupo de alimentos ricos en estos minerales y fáciles de introducir en la
dieta. ¿A quién no le apetecen unas nueces después de entrenar o una rica sopa
de lentejas?
Mantente hidratado antes,
durante y después de hacer ejercicio, ya que beber mucha agua mantiene la
circulación sanguínea y ayuda a eliminar de los músculos las toxinas causantes
de calambres.
Si haces mucho ejercicio, mantén la cantidad de
electrólitos adecuada en tu cuerpo, por lo que debes beber bebidas isotónicas y
así evitar la deshidratación.
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