Los tenis son un
calzado con suela flexible de goma o material sintético y una parte superior de
cuero o lona. Fueron originalmente deportivos, pero hoy en día se usan más como
calzado casual. Un típico par de zapatos para correr genera 16 kilos de
emisiones de dióxido de carbono, lo que equivale a mantener un foco de 100 w
durante una semana. Un ciclo de vida mide el impacto ambiental de las materias
primas, el procesamiento, el transporte y el mercado final. Más de dos tercios
de impacto de carbono de un par de tenis pueden venir de los procesos de
fabricación.
Un par de tenis
requiere más de 360 pasos de procesamiento para
montar, coser y cortar. Estos procesos consumen grandes cantidades de energía,
y por lo tanto, de carbono. Saber cómo contribuye su elaboración en el medio
ambiente, puede
ayudar a las empresas a encontrar formas más eficaces de reducir la huella de
carbono derivada de la fabricación de un producto.
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