Las tormentas
ofrecen la oportunidad perfecta para enseñar a tu peque acerca de la
conservación del agua. La próxima vez que haya tormenta, crea un sencillo
receptor de lluvia. Con él, puedes capturar agua de lluvia. Basta con poner un
balde limpio y realizar un seguimiento de la cantidad de lluvia que se ha
captado. Cúbrelo con malla para mantener fuera los insectos. Cuando el cielo se
despeje, tu peque puede utilizar el agua para las plantas o el césped.
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