El
deterioro de la zona de la estratósfera, en donde es mayor la concentración de
ozono (denominada capa de ozono), en gran medida se debe a la emisión de
contaminantes como los clorofluorocarbonos (CFC)
presentes en solventes, aerosoles y refrigerantes empleados, principalmente, en
refrigerantes o en aislantes térmicos. En la actualidad está restringido su
empleo en los países que firmaron el Protocolo de Montreal en 1987, sin
embargo, aún se encuentran en un gran número de instalaciones anteriores a esa
fecha.
La
Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos alertó, en 1976, acerca de la
disminución de la capa de ozono. Los primeros países en tomar medidas
preventivas y pedir la eliminación de los CFC en las latas de aerosoles fueron
Estados Unidos, Canadá, Noruega y Suecia.
En
1985 veinte países se sumaron a la iniciativa de regulación de substancias que
afectan la capa de ozono y unos meses después, el geofísico Joe Farman, junto
con los científicos Jon Shanklin y Brian G Gardiner, del British Antartic Survey, dieron a conocer la existencia del agujero
en la capa de ozono sobre la Antártida.
A
partir de ahí se realizaron numerosas investigaciones y se alertó acerca de la
gravedad y el riesgo, por lo cual, se firmó el Protocolo de Montreal con el
propósito de evitar los productos químicos responsables del deterioro de la capa de ozono. En el presente se han
sumado 180 países.
A
pesar de los esfuerzos, los nuevos datos arrojados por los satélites mostraron
que no se ha reducido el tamaño de los agujeros, pero el nivel de este gas,
dentro de ellos, es distinto. En el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la
NASA, los científicos Susan Strahan y sus colegas Anne Douglass y Natalya
Kramarova afirman que los cambios de tamaño se deben al uso de productos
químicos y a un nuevo factor antes no contemplado: el efecto del viento. Al
parecer, los CFC tardarán entre 20 y 100 años en desaparecer y esperan que el
agujero muestre signos de recuperación a partir del 2025, si las medidas de
protección continúan.
¿Por
qué se produce el deterioro?
Con
el tiempo, los gases CFC alcanzan la estratosfera, ahí se descomponen por el
efecto de la radiación ultravioleta, liberan el cloro, y así comienza la
destrucción del ozono (O3). El
agujero en la capa de ozono de la Antártida es más notorio debido a las bajas
temperaturas y los vientos que ahí se forman.
Podemos
colaborar:
- Lee las etiquetas y no adquieras productos en aerosol que contengan CFC salvo los indicados para el asma (broncodilatadores).
- Si el refrigerador es antiguo, vale la pena cambiarlo por uno que ahorre energía y además brinde la seguridad de no contener CFC en sus sistema de enfriamiento.
- Al desechar aparatos destinados a calefacción o enfriamiento debemos hacerlo llevándolos a los lugares indicados, ahí manejarán de forma adecuada el CFC que pudiera contener.
- Sé racional con el uso del automóvil, la calefacción y el aire acondicionado.
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