Los juguetes influyen en el aprendizaje y en la conducta del niño;
jugar apoya el desarrollo de la propia identidad. El juego es primordial y por
tanto los juguetes. Por esas razones los padres de familia deben reflexionar
acerca de los juegos y juguetes que ofrecen a sus hijos.
El niño construirá paulatinamente una representación mental acerca
del mundo que le rodea en base a las experiencias generadas por el juego.
Desarrollará cierto tipo de destrezas y actuará de acuerdo a los juegos y
juguetes a los que fue expuesto. Esto significa que es posible moldear la
conducta dependiendo del tipo de juegos y juguetes que le ofrezcamos.
Existen diferencias en cuanto a la selección de juegos y juguetes
dependiendo si es niño o niña. Los varones se inclinan por los juegos bruscos
que incluyan fuerza física y movimientos continuos, prefieren juguetes de ruedas
y de armar. Las niñas se inclinan por juegos más relajados y juguetes suaves
como los de peluche.
El juego, entonces, se puede considerar como el soporte de la
experiencia (Winnicott, 1971), siendo una conducta compleja en la cual
intervienen el tipo de juego, de juguete, quién juega con el niño y el tiempo
que invierte en jugar.
Cuando el niño o la niña juegan, el juego se convierte en una
realidad que demanda su energía, concentración, desarrolla la creatividad e
involucra sus emociones. El juego compartido facilita la interacción con los
otros enriqueciendo la experiencia, porque además moldea la manera en la que se
relaciona socialmente. Compartir, coordinarse con otro niño o adulto, tolerar o
ser paciente, son destrezas que le llevan a regular su respuestas. Aplica el
dicho popular de: “el que se enoja pierde”, y en la mayoría de los casos, el
niño que no es capaz de compartir y seguir las reglas es rechazado por sus
compañeros.
Antes de elegir los juguetes para esta Navidad, reflexiona acerca
de las destrezas que pretendes desarrollar en tu hijo y en los valores y
conductas que deseas favorecer. Por ejemplo, los juguetes bélicos conducen a
juegos violentos de alta competencia, elevando el nivel de tensión emocional.
Se contraponen con los valores de cooperación, sana competencia, tolerancia y
paciencia. ¿Cuál es la conducta que motiva el tener una espada de plástico en
la mano? Golpear al oponente y aplicar fuerza serán las respuestas obvias. ¿Y
la de tener las piezas de un lego? Construir y echar a andar la motricidad
fina, la ubicación espacio-temporal, la capacidad de discriminación por tamaños
y colores, el equilibrio, la concentración y la atención.
El estudio realizado por Lynch, Meghan, en el 2012, acerca del
comportamiento nutricional, refiere que los padres que jugaron con sus hijos a
la cocinita, con alimentos de juguete, buscando establecer hábitos alimenticios
saludables, influyeron en las preferencias alimentarias. Resultados similares
se pueden encontrar en otras investigaciones que se refieren a la influencia de
juegos y juguetes en las conductas y preferencias de los niños.
Para estas fiestas en las que se acostumbra regalar juguetes,
selecciona aquellos que aporten beneficios al desarrollo integral de tu hijo,
lee las etiquetas y comprueba que van de acuerdo con su edad, no son tóxicos y piensa
en incluirte en el juego, porque a través de él podrás influir positivamente en
tu niño o niña.
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