Durante el primer trimestre más de la mitad de las mujeres experimentan una disminución de su libido, a consecuencia del cansancio y los malestares. Sólo una minoría tiene un incremento del deseo sexual debido a los cambios en la sensibilidad genital. De hecho, recién en esta etapa, algunas mujeres logran experimentar su primer orgasmo.
En el segundo trimestre, con la pareja adaptada y los malestares desaparecidos, se regresa a la situación previa al embarazo o se disfruta el sexo más que antes.
Para el tercer y último trimestre, la panza se interpone entre la pareja y se empieza a sentir la ansiedad que genera el nacimiento. Es por esto que muchas parejas prefieren evitar el contacto sexual y, según los estudios, sólo el 75% de las parejas continúan sus relaciones sexuales de forma habitual.
Para el tercer y último trimestre, la panza se interpone entre la pareja y se empieza a sentir la ansiedad que genera el nacimiento. Es por esto que muchas parejas prefieren evitar el contacto sexual y, según los estudios, sólo el 75% de las parejas continúan sus relaciones sexuales de forma habitual.
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