Un libro es un regalo que se abrirá más de una vez; para el 12 de
noviembre regala un libro a la persona que más quieras, escríbele una frase y
dale un abrazo. Quizás ella no lo sepa pero el obsequio le ayudará a aumentar
la agilidad mental, reforzará la memoria, favorecerá la comunicación,
enriquecerá el lenguaje, activará el sistema visual, disminuirá el estrés,
despertará la imaginación y la creatividad, y ante todo, leer le dará
felicidad.
En esta vida moderna buscamos siempre la etiqueta para encontrar
los beneficios inmediatos que repercutan en la salud o el bolsillo. Pero la
buena lectura tiene un fin mucho más noble y es la de abrir la mente a otras
realidades, otras maneras de apreciar la existencia.
La palabra libro proviene del latín liber, término relacionado a la corteza de un árbol. Las primeras
obras manuscritas o pintadas, formadas por una serie de hojas de papel,
pergamino o vitela, encuadernadas por uno de los lados y protegidas con tapas o
cubiertas de mayor consistencia, fueron los primeros libros que se supone
existieron en la Antigua Biblioteca de Alejandría, en la ciudad de Alejandría
en el antiguo Egipto. A partir de ahí, el libro se convirtió en un poderoso artilugio
capaz de transmitir la cultura y el conocimiento a través del tiempo.
Desde 1979, cada 12 de noviembre se celebra en México el Día
Nacional del Libro. Esta fecha es significativa puesto que se recuerda el
natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, en 1651. La llamada Décima Musa, digna
exponente del Siglo de Oro de la literatura en español, aprendió a leer y
escribir en la infancia, algo sorprendente para una mujer y en esos tiempos. Su
vida y obra manifiestan la preclara inteligencia y creatividad, convirtiéndola
en un ejemplo de superación, valor y talento.
Leer instruye, leer enriquece el lenguaje y con ello el
pensamiento. Leer ficción, como apunta Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de
Literatura 2010, “es protestar contra las insuficiencias de la vida… Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos
mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía
sentirme libre y volvía a ser feliz. La buena literatura tiende puentes entre
gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por
debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan”.
El gusto por la lectura se despierta cuando los niños crecen en un
ambiente enriquecido, en el cual tienen libros interesantes junto a los juguetes.
En las librerías podrás encontrar los indicados para cada edad o etapa. Desde
los confeccionados en plástico, con texturas o figuras interactivas, hasta las
novelas infantiles para los preescolares. Descubrir la lectura como un juego y
no como algo inalcanzable o complicado, es la mejor manera de crear el gusto o
hábito de la lectura.
Destina un espacio en su habitación y coloca un pequeño librero
con una silla o silloncito cómodo. Siéntate a un lado y léele todos los días un
cuento. En cuanto aprenda a leer se acercará al rincón de lectura para
disfrutar de su momento personal con su compañero de aventuras: el libro.
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