La medicina natural ha recuperado el importante papel que desempeñó
por miles de años y el 22 de octubre se considera el Día Internacional de la
Medicina Natural. La Organización Mundial de la Salud refiere que esta práctica
comprende una amplia variedad de terapias y prácticas que varían entre países y
regiones.
Se le denomina como medicina tradicional, medicina alternativa o
complementaria, a pesar de haberse empleado desde hace miles de años y su
práctica contribuir a la salud humana. En la actualidad, la medicina natural
provee de atención primaria a millones de personas que no cuentan con servicios
de salud, y a quienes han optado por una medicina que aborda a la persona en su
totalidad y con un tratamiento individualizado.
Hipócrates es considerado como el padre de la medicina, a partir
de la escuela hipocrática la práctica de la medicina se dividió en dos grandes
vertientes: los empiristas, atentos a las impresiones sensoriales y a la
observación de los fenómenos, consideraron que la persona contaba con recursos
innatos para restablecer el equilibrio dentro de su cuerpo y ofrecían los
medios para apoyarlo. Los racionalistas
se basaron en las teorías y las leyes generales. Vieron el síntoma como algo
independiente a la persona y de ahí surgió el concepto de enfermedad
centrándose en su lucha contra ella.
El Dr. Jorge Daniel García Salman, de la Universidad de Ciencias
Médicas de La Habana, refiere que la “Medicina Natural y Tradicional, más que
una suma de modalidades terapéuticas no comprendidas dentro de la medicina
convencional, constituye un cuerpo de conocimientos que aborda al ser humano y
al proceso salud-enfermedad de manera holística, diferente aunque
complementaria, con el abordaje reduccionista que ha caracterizado a la
Medicina Convencional.
La medicina alopática o convencional busca prevenir, tratar y
curar las enfermedades a través del empleo de fármacos, y se centra en suprimir
los síntomas por sobre las causas que los originaron. Se le conoce también como
la práctica de la medicina basada en la evidencia. De ahí que los criterios
correspondan al uso racional de medicamentos y técnicas quirúrgicas.
La medicina natural, al igual que la convencional, se ha
desarrollado y maneja un enfoque integrativo en el que trata el cuerpo, la
mente y el espíritu. La herbolaria o fitoterapia, homeopatía, terapia neural,
acupuntura, digitopuntura, kinesiología, biomagnetismo, sistemas florales,
complementos dietéticos, meditación, ejercicios físicos y mentales, entre otras
muchas opciones, observa al ser humano como un organismo total y no como un
hígado o un intestino enfermo y separado del Ser.
Idealmente la medicina natural y la medicina convencional no
deberían excluirse una a la otra, sino apoyarse dependiendo de la afección que
sufra la persona. Por fortuna, muchos practicantes de la medicina están ya
conscientes de esto y poco a poco son más los que se suman en el esfuerzo por
devolver la salud a las personas, en lugar de rivalizar entre ellos.
Es importante señalar la diferencia entre los remedios caseros y la medicina natural. La creencia de que
al ser hierbas, si no alivian tampoco enferman, es errónea. Las plantas
medicinales, como su nombre lo indica, contienen substancias que deben ser
administrarse para el problema específico y en dosis adecuadas. Para ello
existen médicos especializados en cada una de las terapias naturales. Si se
opta por la medicina natural o tradicional, lo ideal es acudir a centros
especializados.
En México se ha desarrollado el conocimiento médico tradicional y
además se cuenta con una enorme variedad de recursos terapéuticos y unas 10.000
especies de plantas medicinales. Son muchas las opciones y tanto en la medicina
natural como en la convencional, se hace hincapié en que lo ideal es la
prevención a través de una alimentación sana y el ejercicio cotidiano.
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